ITINERARIO 2 (2 HORAS): naturalistico y monumental, nos conduce desde la popular y majestuosa encina de Trillo hasta el monumento al aire libre del Sagrado Corazón de Jesús, venerado por numerosas personas .En nuestro recorrido pasamos por donde se situaba el antiguo quiosco de La Manzana, por donde cogeremos un camino que nos interna en un expléndido pinar situado en una vaguada (lugar idóneo para la observación y escucha de la fauna) y después en un encinar en ladera.
Este recorrido comienza al final del Paseo de las Castaños, donde se encuentra uno de los árboles más singulares de la Casa de Campo, la conocida Encina de Trillo, de una envergadura colosal, su nombre científico es Quercus rotunclifolia, árbol de hoja redonda con la corteza cuadriculada, cuyos frutos son las bellotas. Enfrente de ella existe otro pie de la misma especie también de notable porte, . Aquí, el paseo de los Castaños se divide en tres carreteras, que nombradas de derecha a izquierda son: la antigua carretera de la Universitaria, la de Somosaguas y la de Rodajo., Nosotros tomaremos la de la derecha,la carretera de la Universitaria. Al fondo a mano derecha podemos ver la colina donde se encuentran las instalaciones del Teleférico, donde se ha efectuado una repoblación con pino piñonero, para sujetar el suelo, debido a que su condición de ladera orientada al Sur (a la solana)
impide el rebrote espontáneo de la vegetación y empezaban a manifestarse fenómenos de erosión.
Seguiremos una senda, que corre paralela a la izquierda de la carretera, donde se aprecian ejemplares dispersos de Retama o escobones ), arbusto con hojas pequeñas, pegadas a las ramas que se bifurcan a escasos centimetros del suelo en varias varillas. Sus flores son grandes de color amarillo intenso, observables en mayo-junio, Es una planta respetada ya que sus raíces poseen pequeños tubérculos donde viven bacterias simbiontes capaces de atrapar el nitrógeno del aire y convertirlo en nitrógeno asimilable, por ello y alrededor de cada planta se produce un enriquecimiento del suelo, lo que deriva en un aumento de los pastos. Esto es conocido, aunque intuitivamente, por la mayoria de ganaderos y pastores entre los que circula el refrán de que "cada retama cría un cordero". Después de un pequeña subida, empezamos a contemplar el bosque mediterráneo por excelencia, el encinar, que se sitúa aquí en la ladera del pequeño cerrete, que estamos coronando. Comienza la bajada del cerro, donde se sigue apreciando el encinar en ladera. A la vuelta de una curva pronunciada, divisamos una entrada para vehículos con un gran aparcamiento trás él actualmente cerrado al tráfico donde podremos tomar un tentenpié para proseguir con nuestro recorrido. Desde aquí, dejaremos y atravesaremos el gran aparcamiento marcado mediante barreras anti-invasión, con tubos rellenos de hormigón, Seguiremos rectos hacia una gran explanada donde se divisan, al fondo, varios ejemplares de viejos Almendros (Prunus amigadalus), caracteristicos por su tronco gris parduzco, resquebrajado, con multitud de ramas
secas. En primavera explota su floración ,blanca o roja, dependiendo de sus variedades; "desmayo rojo" (en los ejemplares con flores rosas) y "desmayo blanco" (en los de flores blancas), Sus hojas son lanceoladas, estrechas y largas finamente dentadas en los bordes. En otoño o invierno podremos distinguirlos por sus frutos, las almendras que cuelgan de las ramas en grupos. A la izquierda distinguiremos un pinar de Pino piñonero (plnus pinea) en el que casi todos sus ejemplares tienen un porte excepcional. Se distinguen por su corteza parduzca que se desconcha en placas de distinto tamaño, u alta copa, poco ramificada y por sus frutos, las piñas, de las que se extraen los piñones. Estas, a diferencia con otros pinos, poseen forma globosa llegando a alcanzar hasta 20 cm. de largas por 15 cm. de anchas.
.Esta es una zona idónea para la visualización y escucha de las aves, así como
en la determinación por huellas y señales de la presencia de la fauna normalmente no visible. Con respecto a las aves, podremos observar y escuchar el canto de las más frecuentes, si no hacemos movimientos bruscos o intención de acercamos rápidamente a ellas, Podremos contemplar así especies como el herrerillo común (parus caeruleus) de cabeza azulada y cuerpo con plumaje verde amarillento con su deambular entre las ramas bajas de los árboles ; el carbonero común (parus major) con la cabeza negra y el vientre amarillento; el piquituerto (Loxia curvirostra) con su
característico color rojizo en los machos y su pico cruzado, siendo las hembras de color gris amarillento con las alas y cola más oscuras;
el agateador común (Gerthia brachydactila) de pequeño tamaño y con el plumaje moteado de negro, pardo y blanco, por lo que suele ser casi indistinguible de los troncos de los árboles por donde trepa ayudándose de la cola como soporte. Podemos descubrir también numerosas bandadas de pajarillas que se alimentan de semillas caídas en el suelo y que se reúnen durante la invernada en bandadas mixtas, recorriendo los campos y praderas n grupos muy numerosos compuestos por pinzones ) con el dorso de la cabeza gris azulado, el cuerpo pardo rojizo y manchas blancas en los rebordes anteriores de las alas,de cuerpo pardo y el vientre amarillo verdoso; y jilguero (Carduelis carduelis) de cara roja, con una típica banda amarilla en las alas. Estas asociaciones de pájaros se dan en el grupo de los fringilidos, que son pajarillos de pico corto y robusto, apropiado pata partir semillas que buscan ávidamente durante finales del otoño, invierno y principios de primavera en los prados y montes; avanzada la primavera los grupos se disuelven para formar las parejas, criar y alimentar a la prole durante todo el verano y principios del otoño. Las ramas medias de los pinos, desde las que se ve perfectamente el suelo, sirven de posadero para la paloma bravía (Columba palumbus) distinguible por su mancha blanca entre cola y espalda; la paloma zuríta (Columba oenas) con un reborde más claro en la zona media de la cola que la recorre por entero; la urraca (pica pica) con su cabeza negra, vientre blanco y rebordes de las alas y cola de color azul brillante, grajílla (Corvus monedula) de plumaje negro excepto la cabeza de color gris ceniza y pico negro; el arrendajo (GamJius glandarlus) con manchas azules y blancas en las alas y su típico grito ronco. En las mañanas invernales podremos descubrir pequeños bandos de zorzales comunes , de tamaño mediano con el plumaje pardo en el dorso y moteado en pecho y vientre que recorren los campos en busca de alimento.
Mirando desde la explanada desprovista de vegetación hacia el grupo de almendros distinguiremos un camino que corre a la izquierda de éstos, que tomaremos para proseguir con nuestro recorrido. Nos estamos introduciendo en un encinar donde se pueden observar encinas de gran porte junto a retoños que surgen del suelo en rodales compactos. Casi por doquier, al ir avanzando en nuestro recorrido, escucharemos y observaremos los rápidos desplazamientos entre los rodales de la vegetación de la lagartíja colílarga (psammodromus algyrus) que como su nombre indica es reconocible por la gran longitud de su cola y su tinte rojizo, observable en los machos durante finales de primavera y principios del verano
(cuando tiene lugar el cortejo y la parada nupcial); también, en la ladera derecha de la vaguada, podremos observar, sobre todo al sol, al lagarto ocelado (Lacerta lepida), que correrá a refugiarse bajo alguna piedra e incluso trepará al tronco de alguna encina con ramas bajas para protegerse y ocultarse de nuestra presencia. En el monte de encinas podremos descubrir otros pájaros como los rabílargos (Cyanopica cyana) parecidos a la urraca, aunque más pequeños y con el cuello de color blanco y el alcaudón común (Lanlus senator) de tamaño un poco mayor que un gorrión, con el dorso de la cabeza de color rojo ladrillo y sus manchas claras en las alas, cuerpo y laterales de la cola. Andamos por un camino en el fondo de una vaguada abierta, por el que, cuando llueve abundantemente, circula el arroyo de la Zarza. Apreciaremos también un curioso fenómeno, la casi ausencia de matorrales y sotobosque debajo de los árboles y el pastizal muy bajo, su causa es la siguiente: esta es una de las zonas donde permiten el pastoreo ovino durante varios meses del año, para que la vegetación herbácea no crezca demasiado y dado el caso de un incendio espontáneo que éste no pueda cundir. En la parte derecha de la vaguada, a media ladera, pueden observarse una especie de rodales más claros en el pastizal, desprovistos casi de vegetación y con un tinte algo más oscuro, son los acostaderos de las ovejas.
El camino empieza a subir y se aparta un poco de la vaguada; cuando
llegamos a tener a la vista una repoblación joven de pino piñonero, si miramos a la izquierda habremos llegado al monumento al Sagrado Corazón de Jesús, venerado por numerosas personas que acuden diariamente al lugar, su base está completamente repleta de flores, mientras que pegados en la columna, sobre la que se yergue se observan distintas estampas y fotografias, además de plegarias y ruegos escritos en papel. Algunos devotos,
llegan a la estatua y la tocan tres veces en la cara con los dedos corazón e indice, posteriormente rezan una oración o emiten un ruego y prosiguen su paseo o su actividad deportiva. La presencia de los tipos de vegetación más frecuentes en la Casa de Campo, pinar, encinar, retamar y pastizal nos permite deambular por los alrededores para practicar la contemplación del entorno y observar sus diferencias.